V. Gastón Mutti
Magister en Ciencias Sociales (FLACSO) Licenciado en Ciencia Política (UNR)
lunes, 2 de enero de 2023
lunes, 11 de julio de 2022
Gastón Mutti: “La boleta única de papel garantiza la totalidad de candidaturas en el cuarto oscuro”
El doctor en Ciencia Política y docente de la Universidad Nacional de
Rosario se especializa en el estudio de sistemas electorales y partidos
políticos. Las ventajas de la reforma que se discute en el Congreso. Y la
tensión dentro del Gobierno, analizada desde la teoría política.
El
politólogo Gastón Mutti integra la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina
de Análisis Político (SAAP). | NESTOR GRASSI
Rodrigo Lloret
Politólogo.
Doctor en Ciencias Sociales. Director de Perfil Educación.
@rodrigo_lloret Web 09-07-2022 10:00
Doctor y licenciado en Ciencia
Política por la Universidad Nacional de Rosario (UNR), magíster en Sociología y
Ciencia Política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso),
miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Análisis Político
(SAAP) y director del Centro de Investigaciones de políticas Subnacionales
(CIPS) de la UNR, Gastón Mutti se especializa en procesos electorales y en el
estudio de boleta única de papel y esta semana participó de la Agenda Académica de Perfil Educación. “La boleta única de papel garantiza la
totalidad de candidaturas en el cuarto oscuro. Este es el elemento más fuerte
que uno tenga que plantear a favor de ese sistema electoral. Paradójicamente, se ha
aducido que beneficia los partidos más chicos pero, en realidad, el elector
vota lo que quiere votar. Cuando uno analiza las candidaturas a nivel
provincial donde existe boleta única, los partidos políticos más chicos han
tenido la misma performance que tuvieron cuando no se utilizaba este
instrumento”, sostuvo.
Docente de Teoría Política I y
Teoría de la Administración Pública II en UNR y de Problemática Política en la
Universidad Nacional Entre Ríos (UNER), Mutti es coautor de “Boleta única. Estudio comparado de los casos de Córdoba y
Santa Fe” y autor de “Los procesos electorales en
perspectivas comparadas”, “La aceleración máxima de los
peligros recurrentes en democracia” y “Los dilemas de las democracias en América del Sur y sus dilemas”.
“El problema que uno
está observando entre el Presidente y la vicepresidenta en la Argentina es una
situación de poder bicéfalo, a pesar de que nuestro sistema constitucional, es
un sistema evidentemente de carácter presidencialista. Esta situación de compartir
una importante cuota de poder por parte de la vicepresidencia de la Nación
lleva a que haya un cuestionamiento o una acomodamiento de las decisiones del
Ejecutivo nacional también a ciertos posicionamientos de la vicepresidencia de
la Nación”, agregó.
—“Boleta única. Estudio comparado de los casos de Córdoba y Santa Fe”, un gran trabajo editado por la Universidad Nacional de Rosario, es el ensayo académico más riguroso sobre el estudio de la implementación de boletas únicas de papel en la Argentina. El libro, que lo tiene a usted como uno de sus autores, plantea que se trata de una reforma que “permitió generar mayores niveles de transparencia e igualdad en la disputa electoral”, a la vez que “impidió la distorsión de la voluntad de los electores al dificultar notablemente conocidas prácticas como el voto cadena y la adulteración de boletas”. ¿Qué representó la implementación de la boleta única de papel en los casos que usted investigó?
—En primer lugar, habría que
preguntarse por qué se empezó a discutir el problema de la boleta única en
estas provincias. No podemos olvidar que son discusiones que se establecieron
sobre finales de la década del 2000 y que los gobiernos provinciales,
particularmente el caso santafesino, habían estado atravesando situaciones de
modificación de sus sistemas electorales para dejar atrás la práctica de la ley
de lemas y que se introdujera una nueva forma de discutir las candidaturas que
fueron las PASO. Fue un proceso que también estaba muy marcado por las
discusiones propias de la provincia en relación con los partidos políticos y su
posibilidad de llevar adelante los procesos electorales. Junto a la Universidad
Católica de Córdoba, nosotros investigamos desde la Universidad Nacional de
Rosario ambos procesos electorales para tratar de compararlos. En el caso de
Santa Fe fue una reforma impulsada por el Frente Progresista Cívico y Social y
el entonces gobernador Binner y en el caso de Córdoba fue implementada por el
oficialismo justicialista. Otra diferencia es que, mientras que en el caso
cordobés se le entrega a cada ciudadano una sola hoja de papel en el cual tiene
la totalidad de los cargos electivos para poder ser seleccionados y en el caso
santafesino se le entrega una hoja de papel por cada uno de los cargos
electivos a ser seleccionados. Eso abre la puerta a que la elección pueda ser
mucho más personalizada en el caso santafesino que en el caso cordobés. Pero es
importante destacar que no podemos culpabilizar a la boleta única de
situaciones que son previas, son precedentes. Porque la personalización de la
política no es algo que surja con la boleta única, sino que está en la política
desde la década de los 90. La pregunta que podríamos hacer es ¿cuántos de los
electores que votan con boleta sábana horizontal tienen conocimiento de la
totalidad de los candidatos? Además, la ley incluye esta idea de que al
ingresar al salón de votación se haya dispuesto previamente la totalidad de la
difusión de las listas completas.
Mutti fue coautor del principal ensayo académico
que investigó la implementación de la boleta única de papel en la Argentina.
—En las últimas semanas se realizaron
audiencias públicas sobre esta posible reforma en el Congreso. Los
especialistas y académicos que cuestionaron la implementación sostienen que el
sistema actual no presenta elevados índices de fraude y advierten que el
sistema electoral argentino es uno de los más robustos y respetados de la
región. De acuerdo a su experiencia, ¿por qué sería favorable realizar esta
modificación a pesar de que no hay grandes denuncias de irregularidades?
—El argumento que se utilizó para la presentación de la boleta única en Santa
Fe, que fue el que esgrimió la entonces candidata Carrió en el año 2007, tiene
que ver con algunas irregularidades. Lo que se planteó es que como todos los
partidos políticos no pueden garantizar fiscales en todos los lugares de
votación, si se le sustraen las boletas del cuarto oscuro no se puede emitir el
voto para ese partido. Pero
también hay irregularidades relacionadas a otro tema, que tiene que ver con el
dinero para la impresión de las boletas, que es dado por el Estado a los
partidos políticos. Los
partidos políticos son los que se encargan de hacer imprimir las boletas y son
los que se encargan de la distribución. Y allí aparecen cuestiones que pueden
ser denunciadas como corrupción porque se da una situación donde la cantidad de
boletas que se imprimen no necesariamente coinciden con las cantidades de
boletas que fueron financiadas.
—De acuerdo al
último sondeo de Poliarquía, el 67% de los encuestados está a favor de la
boleta única de papel. El estudio indica que es respaldada por el 86% de los
votantes de Juntos por el Cambio y por el 55% de los que votaron por el Frente
de Todos. ¿Por qué cree, sin embargo, que se trata de una reforma que es
rechazada por Alberto Fernández y por Cristina Kirchner?
—Los números de Poliarquía coinciden con aquellos que nosotros obtuvimos
durante las primeras votaciones con boletas únicas que se hicieron tanto en el
caso cordobés como en el caso santafesino. El equipo de la Universidad Católica
de Córdoba llevó adelante encuestas que preguntaban cómo había sido el acto de
votación, en el sentido de la practicidad o no del sistema. Porque si nos
ponemos a pensar en la ejecución de un voto es un acto mecánicamente muy
simple: es doblar un papel y ponerlo dentro de un sobre, o es marcar una cruz
sobre un papel. Sin embargo, es un acto que implica todo otro conjunto de
razonamientos, posicionamientos, ideologías, que se nos vuelve muy complejo, no
en lo material no en lo mecánico, sino en lo identitario respecto de cómo
nosotros nos observamos en tantos ciudadanos. Entonces lo que vemos en las
encuestas que se han llevado adelante en las distintas provincias es una
observación por parte del elector muy positiva respecto de la boleta única.
Ahora bien, allí hay un caso que es interesante y es que respecto a esta
diferencia de casi 30% entre lo que piensan los votantes de Juntos por el
Cambio y los del Frente de Todos respecto a la boleta única de papel. Empiezan a jugar situaciones que están
relacionadas con la afinidad partidaria de cada uno de esos electores y con
respecto a la posición que ha defendido el Frente de Todos favoreciendo la
boleta sábana de carácter horizontal y está en relación con ciertas prácticas y
culturas partidarias. Una
cultura partidaria muy arraigada es que el elemento de publicidad partidaria
preelectoral son las boletas. Y eso no podría ocurrir con la boleta única
porque la controla el Estado y porque es administrada por el presidente de
mesa. En cambio, lo que ahora nosotros encontramos en cada campaña en el
ingreso de nuestro edificio o debajo de la puerta a nuestra casa, son las
boletas electorales sábanas que nos hace llegar el partido o la alianza
electoral. La idea es que si yo te doy la boleta, vos vas a poder ir al cuarto
oscuro y vas a colocar ese símbolo partidario y esa boleta en la urna. Es una
forma también de cultura política muy propia de cómo se hacen las campañas
electoral por parte de los partidos.
—A través de su
experiencia en investigación académica sobre este instrumento electoral, ¿qué
le aporta la boleta única a una elección?
—La boleta única de
papel garantizala totalidad de las candidaturas en el cuarto oscuro. Este es el
argumento más fuerte que uno tenga que plantear a favor de ese sistema
electoral. Paradójicamente,
se ha aducido que beneficia los partidos más chicos pero, en realidad, el
elector vota lo que quiere votar. Cuando uno analiza las candidaturas a nivel
provincial donde existe boleta única, los partidos políticos más chicos han
tenido la misma performance que tuvieron cuando no se utilizaba este
instrumento. La boleta única en papel también puede evitar el “voto cadena”,
asociado con una práctica clientelar, que obliga a un elector a votar en
función de lo que le indica un puntero político introduciendo el sobre que le
dio antes de ingresar al lugar de votación. Pero en Santa Fe se demostró que
algunos votantes tomaban una foto con su celular para mostrar qué estaban
votando y eso también puede dar lugar a un sistema de contraprestación por lo
que se prohibió ingresar al cuarto oscuro con celulares. La otra ventaja que
puede presentar la boleta única es la forma de votación. Es una forma de
votación muy ágil, es de más fácil visualización la totalidad de las
candidaturas cuando uno ingresa a un cuarto oscuro.
Mutti ha publicado libros, artículos y papers que analizan los sistemas electorales y los
partidos políticos.
—En una de sus
investigaciones, usted demostró que la boleta única de papel permitiría
terminar “con lo que se denomina «partidos de alquiler»: agrupaciones políticas
que se presentan a los comicios, obtienen financiamiento para imprimir las
boletas, lo hacen a menor calidad y la diferencia la usan con fines ajenos a su
objetivo”. ¿Podría ampliar esa definición?
—Los partidos de alquiler son los casos de candidatos a nivel nacional o a
nivel provincial que están buscando partidos para poder presentarse. Eso lo
podemos ver cuando se está hablando ahora de sectores libertarios o de algunos
grupos de movimientos sociales que quieren llevar candidaturas en este momento
y analizan cuáles son los partidos que podrían llegar a utilizar. Estos partidos de alquiler son partidos
en los cuales ciertos personajes públicos intentan llevar adelante su
candidatura pero necesitan de una estructura jurídica que es el partido
político. En la
provincia de Santa Fe hemos encontrado grupos antiaborto que terminaron
consiguiendo bancas a partir de la sigla de un partido al cual ellos no
pertenecían.
—En “La
aceleración de los peligros recurrentes de la democracia”, usted sostiene
que unos de los desafíos del sistema argentino es “presidencialización” de la
democracia y, citando a Rosanvallón advierte que “no es más que la consecuencia
de una evolución política más profunda: el enorme crecimiento del Poder
Ejecutivo”. Sin embargo, lo que se observa en el gobierno actual es un
crecimiento del poder de la vicepresidenta. ¿Cómo analiza este fenómeno desde
la teoría y la filosofía política?
—El problema que uno
está observando entre el Presidente y la vicepresidenta en la Argentina es una
situación de poder bicéfalo, a pesar de que nuestro sistema constitucional, es
un sistema evidentemente de carácter presidencialista. Esta situación de
compartir una importante cuota de poder por parte de la Vicepresidencia de la
Nación lleva a que haya un cuestionamiento o un acomodamiento de las decisiones
del Ejecutivo nacional también a ciertos posicionamientos de la Vicepresidencia
de la Nación. En ese sentido, lo que genera allí es que el problema está en
cuán rápido o lentos son, o si se producen o no se producen. Lo que nosotros
observamos, en líneas generales, es que desde las elecciones de 2019 esos
acomodamientos se han dado más temprano o más tarde. La gran preocupación es sobre los
costos que pueden llegar a tener realizarlos o postergarlos en el tiempo que
generen falta de credibilidad por parte del Ejecutivo. Es difícil buscar
ejemplos de este estilo.
Uno puede encontrar en la historia argentina a líderes políticos que están
debilitados en algún momento, como fue el caso de Alfonsín o De la Rúa. O
también ejemplos regionales de tensión entre presidentes y ex presidentes, como
sucedió en nuestro país o en Colombia con Uribe. Pero siempre son ejemplos por
fuera del binomio presidencial que estaba gobernando. Siempre se ha encontrado
en la figura de la vicepresidencia un rol mucho más secundario en el esquema
presidencialista en el cual los vicepresidentes tienen como función
generalmente la presidencia del Senado.
Mutti sostiene que mientras perdure la bipolaridad
política, las dos principales coaliciones se mantendrán unidas.
—En “Los
procesos electorales en perspectivas comparadas”, usted advierte que “en
muchos estudios el sistema de partidos ha sido considerado en su conformación
como una variable dependiente de las variables institucionales”. En ese
sentido, ¿cómo analiza el sistema de alianzas que se observa en Argentina:
Juntos por el Cambio y el Frente de Todos lograrán institucionalizarse o son
producto de una coyuntura que con el tiempo desaparecerán?
—Hay una idea muy fuerte de que las instituciones moldean a los partidos
políticos. Pero no podemos pensar que siempre los partidos políticos van a
tener una relación de espejo con las instituciones. Los partidos políticos
moldean también las instituciones, las redefinen, las dotan de contenido o les
quitan contenido y en algunos casos las reemplazan por otras. Vemos que hay
reconfiguración permanente de esta situación. Pero es muy posible que mientras la
situación en Argentina sea de bipolaridad, haya un incentivo para las que las
alianzas se mantengan lo más unidas posibles.
—Esta sección se
llama Agenda Académica porque
propone brindarle a docentes e investigadores un espacio en los medios masivos
de comunicación para que difundan sus trabajos. La última pregunta tiene que
ver con el objeto de estudio: ¿por qué decidió dedicarse en procesos electorales
y en el estudio de boleta única de papel?
—Siempre me interesó discutir colocando en la agenda de temas nacionales de la
Ciencia Política aquellos aspectos que hacían a los casos provinciales.
Partimos de una creencia, una percepción respecto de cómo observamos el sistema
político argentino y es que hay que prestar atención a lo que sucede en las
provincias también para entender lo que sucede en el ámbito nacional. Desde esa
perspectiva nos encontramos que había no solamente que observar con mucha
claridad el cómo se llevaban adelante las ofertas electorales, sino también
como eran seleccionados los candidatos que luego se convertían en los
gobernantes. Además, porque el impacto que los sistemas electorales tuvieron
sobre la conformación de las discusiones y de las agendas políticas
provinciales siempre fue muy alto. Pensar a los partidos políticos es pensar a
la democracia y sabemos que en nuestro país se considera que es imposible
ejercer las prácticas de la democracia sin los partidos políticos.
Producción: Narella
Arienzo
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