martes, 21 de junio de 2016

Entrevista realizada por Julieta Fouquet a V. Gastón Mutti sobre la situación de Brasil. 3 de junio de 2016.


Licenciado en Ciencia Política- UNR. Docente-investigador de UNR-UNER.

1-      ¿Cómo analizas la actualidad política en Brasil?
G.M: Cuando uno sitúa la realidad brasileña, la primera gran constatación que uno hace es que Brasil es un continente, un país tan grande, tan heterogéneo, con una diversidad social y cultural tan impactante que desde nuestra perspectiva argentina, nos parece realmente inconmensurable en sus realidades y situaciones. En ese contexto debemos entender el gobierno de Dilma Rousseff que tuvo en el inicio de su segundo mandato un momento clave. Estuvo condicionado por una realidad muy contrastable con su anterior período, ya que se dieron cambios profundos en su política económica.  Esto no limitó necesariamente a las grandes iniciativas del gobierno del PT (Partido de los Trabajadores) que fueron colocadas desde el inicio en las políticas y prácticas sociales inclusivas. Sin embargo, el impacto que tuvieron las nuevas medidas de ajuste marcó el fin de una determinada etapa de esta experiencia. Por una parte, desde un sector proclive al PT lo veían como un ajuste impensado por un partido de izquierda, y desde el otro lado, los actores más tradicionales de la sociedad brasileña lo veían como políticas insignificantes que no encaraban lo que realmente se debía hacer. El inicio de este segundo mandato marca el cambio de las expectativas sociales sobre el gobierno de Dilma.
2- Muchos consideran que el segundo mandato de Dilma fue un error. ¿Cómo lo analizas?
G.M: La primera cuestión clara a señalar es que Dilma gana con amplia mayoría en varios estados pero le es muy complicada la situación en los núcleos de estados más desarrollados. No nos olvidemos que los demás candidatos fueron muy poderosos electoralmente. Hay algo muy interesante a señalar ya que cuando se cruzan los mapas del impacto de los planes sociales con el voto al PT,  se constata una correlación ya que donde se localizaban más planes sociales el PT tenía mayores niveles de aceptación. En esta segunda elección hay que plantear algunas situaciones. Primero que a Lula le convenía que gane Dilma porque él se constituía en el seguro candidato del PT en las elecciones de 2018. Segundo, que de mantenerse el acuerdo con el PMDB (Partido Movimiento Democrático Brasileño,) era casi seguro que se ganarían las elecciones.  En la política brasileña, por su sistema de partidos, necesariamente para ganar las elecciones se deben dar acuerdos. El PT siempre tuvo que hacerlo. Por esto no fue un error, sí una posible acción lógica frente a una segura postulación de Lula en 2018, ya que los partidos están estructurados para ganar elecciones.
3-      ¿En qué quedó la imagen positiva de Lula da Silva?
G.M: Hoy en día es cercana al 25 %, un núcleo duro de militancia del PT siguen estando y apoyando a Lula como un líder que puede cambiar esta situación. Sí es verdad que su imagen positiva disminuyo y las opiniones negativas crecieron. Es por lo tanto una imagen parecida a la de Cristina Fernández acá en nuestro país con personas que siguen apoyando a su partido y a su liderazgo, pero también un gran número de gente que rechazan su figura para ocupar un cargo público.
Un dato muy significativo de la realidad brasileña es el temprano encarcelamiento de un grupo importante de empresarios ligados a la obra pública que fueron acusados de ser parte de un mecanismo significativo de tráfico de dinero de las arcas públicas a las privadas para obtener beneficios personales  o para los partidos políticos.
4-      ¿Qué rol tuvo y cómo influyó las acciones que llevó adelante el PMDB en la pérdida de poder de Dilma?
G.M: Determinante. Sin el cambio de posición del PMDB hoy no habría impeachment. Cuando empiezan a salir los ministros de ese partido del gabinete de Dilma, ya estaba echada la suerte de que se vote a favor del juicio político. Mientras que de parte del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que fue gobierno antes de PT,  al principio estuvo en contra del juicio político pero luego, según aducen por la aparición de pruebas contra la presidente, cambió su postura.
Durante los últimos tres meses, según el humor social, según como se presentaban las posibilidades y  como se contaban los votos en el Congreso, iban cambiando las posturas a favor del juicio político.
Un actor importante en este proceso es el ex presidente Fernando Henrique Cardoso del PSDB,  aunque ya no tiene cargos institucionales sigue tomando decisiones y teniendo influencias dentro de su partido. Él, había sugerido a fines de 2015 que la oposición no debía fijarse como prioridad el impeachment, sin embargo posteriormente modifica su posición hasta convertirse en un claro promotor de la medida. El grueso de los políticos brasileros plantea que Dilma no ha tenido casos personales de corrupción, pero si su partido y su gobierno.
5-      Recién hiciste referencia al humor social del pueblo brasileño, ¿Cuánto influyeron las movilizaciones y las protestas de la gente?
G.M: Mucho, porque allí tenemos junto a la masividad de las protestas, a sectores muy importantes de Brasil movilizándose en contra del gobierno. Uno se puede tentar en calificarlos como sectores de clases medias urbanas. Pero debemos refinar nuestra observación porque sino uno termina creyendo que los ricos están a favor de este, y los pobres a favor de aquel. Y ese no fue el caso. La amalgama de distintas clases sociales se vio en las movilizaciones urbanas que buscó respaldar al accionar de la justicia brasileña.
Allí la justicia ha funcionado de manera diferente a lo sucedido en Argentina. En nuestro caso se juzga cuando los funcionarios están ya fuera del ejercicio del poder. Puede ser en algunos casos porque el ritmo de los procesos es otro, pero políticamente podemos sostener que en las últimas décadas se ha constatado la debilidad del poder judicial argentino frente a quienes ejercen el poder ejecutivo.
En el caso de Brasil, es a partir de las acciones de un juez estadual que se fueron dando las circunstancias para que Dilma pueda ser juzgada.
Políticamente podemos sostener que la oposición buscó echar a Dilma, para echarlo a Lula, no se buscó que sólo perdiera Dilma, se buscó que perdiera el PT.
Técnicamente el caso es sobre la utilización de las cuentas públicas para esconder el déficit fiscal, pero en el fondo se están discutiendo los casos de corrupción que también tienen implicados a quienes separaron del cargo a Dilma. Por lo cual lo que está en crisis es la propia clase política brasileña.
6-      En nuestro país también hay posibles casos de corrupción que están siendo investigados. ¿Crees que en Argentina puede suceder como en Brasil?
G.M: En lo referente a la separación de un presidente en Argentina tuvimos un caso similar a Brasil en el año 2001. Fueron dos instancias donde los parlamentos terminaron tomando las decisiones respecto de cómo resolver las crisis políticas que se estaban dando. Esto ha sido muy estudiando por Aníbal Pérez Liñán que analiza el rol de los parlamentos en la destitución de presidentes o  resolución de crisis políticas en América Latina. En estos casos la propia institucionalidad política es recorrida a veces por un camino de cornisa como fue en el caso de Paraguay. Sin embargo han logrando sobrellevar  crisis políticas que antes se resolvían con un golpe de Estado militar que implicaba el fin de la democracia y de las libertades civiles.
Esto nos muestra que ante estos nuevos patrones de inestabilidad política hay ciertos sesgos de resolución de estos conflictos por vía de la institucionalidad que es un cambio significativo. Nos puede parecer poco o mucho, pero que en Brasil se tengan elecciones municipales en octubre   demuestra que continúa la vida política, cuando con un golpe de Estado hubiese sido completamente distinto. Tampoco es lo mismo que ya que Dilma sigue recorriendo el país y hablando contra el actual gobierno, y además la justicia continúa juzgando a políticos que incluso votaron a favor del impeachment o son parte del ejecutivo interino.
7-      ¿Qué papel tiene Michel Temer en este momento en la política brasileña?
G.M: Temer es caracterizado como un político profesional, la política es su trabajo y su vida. Siempre fue un político muy importante pero ha sido caracterizado como alguien que se mueve más en las sombras, que no ha tenido una alta exposición. No diría de segunda línea. Es un miembro fundamental en su partido el PMDB, que ya tuvo tres presidentes en Brasil. Llegó a ser vicepresidente de Dilma y termina alcanzando el cargo máximo.
Temer desde los últimos meses, empezó a observar las posibilidades reales de llegar a la presidencia y por eso comenzó a formar su gabinete y su gobierno antes de la votación del impeachment de las últimas semanas.
Sin embargo debemos reconocer otros actores en la política brasileña. Uno de los fundamentales en la vida institucional es la Federación de las Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) ya que es el sector corporativo y empresarial más fuerte y que ha tenido una voz significativa para pensar la vida política brasilera. Su oposición a Dilma fue fundamental.
 Otro actor fueron los medios de comunicación. En la oposición al gobierno del PT particularmente la Red O’Globo, que  ha colocado en otras épocas incluso presidentes, fue fundamental para torcer la voluntad de muchos legisladores a la hora de votar el impeachment.
8-      ¿Cómo influyeron los medios de comunicación en el segundo mandato de Dilma y en este proceso?
G.M: Negativamente, dándole un lugar sumamente destacado a movilizaciones en contra del gobierno. Aunque no hacían necesariamente lo mismo con las muestras de opiniones a favor. Sin embargo periódicos de menor tirada o que se expresan por medios más reducidos han sido críticos de este proceso
9-      A modo de análisis, ¿Cómo puede continuar esta etapa?
G.M: Hoy en día todo implica que Dilma una vez apartada del gobierno,  continuará con su defensa tratando de actuar y convencer a la opinión pública. Sin embargo los mecanismos legales continuarán con su funcionamiento. Así, haber tenido una votación absolutamente aferrada a la legalidad hará que este procedimiento prosiga, pero no es un sinónimo de tener un nuevo gobierno que se hace cargo del poder de Brasil con legitimidad. El propio Temer se caracteriza como presidente interino porque es totalmente consciente que su legitimidad de origen es y va a ser cuestionada.
Un dato importantísimo es cómo continuarán siendo aplicadas las políticas sociales de inclusión del PT. Porque de ello surgirá la lectura que del proceso haga una parte muy importante de la población que se beneficia con las mismas. Por otra parte el gobierno ha anunciado medidas privatizadoras de puertos, aeropuertos, de producción de energía, entre otras áreas, lo cual en cierta medida vuelve a traer ante nosotros un discurso mucho más similar al de los años 90 por la necesidad según del gobierno Temer de reducir el déficit fiscal.
10-   ¿Qué repercusiones puede generar que un país bajo el régimen democrático esté pasando por el proceso que está atravesando Brasil?
G.M: La institucionalidad brasilera está tratando de procesar una crisis política muy fuerte en la cual si nosotros nos basamos por los 54 millones de votos uno podría decir en Brasil se está llevando adelante una injusticia. Lo que pasa es que ahí es cuando nosotros estamos teniendo que discutir por un lado legalidad de los actos, y todo lo q ocurrió esta previsto en la Constitución brasileña.
Sin embargo está el tema es la ilegitimidad, probablemente Dilma sea el significante de Lula y del PT, como dije antes, se está echando a Lula y al PT. Los hechos por los que se la termina acusando a la presidente en realidad refieren a otra cosa muy distinta de la corrupción que atraviesa al país.
En estos hechos de corrupción también están implicados los otros partidos del gobierno interino e incluso el propio Temer. Por eso se puede decir que lo que tenemos hoy es una crisis muy importante a la política brasilera en su conjunto. La podemos asemejar al 2001 en Argentina más que a nuestra actualidad.

viernes, 10 de junio de 2016

Inversiones en Argentina. ¿Hacia dónde va nuestra economía?

De las inversiones que ha anunciado el gobierno se destacan como las primeras cuarenta (fuente La Nación domingo 5/6/16, elaboración propia).:

Cantidad de Proyectos              Millones de dólares
1° Energías renovables Gas Petróleo 6                                             3760   
2° Minería                                          2                                             3000
3° Automotrices                                 5                                             2060
4° Bebidas Consumo                         4                                              1610
6° Bancos                                           1                                             1382
7° Telefonía                                        2                                              1200
8° Construcción                                 2                                              530
9° Servicios- Medios                         1                                              450
10°Tecnología                                   3                                               287
11° Alimentos                                    3                                               262
12° Infraestructura- Transporte         2                                               203
13°Neumáticos- parabrisas               2                                               202
14° Puertos                                        1                                               100
15° Agroindustria                              2                                               100
16° Salud                                           1                                               80
17° Seguros                                       1                                               15
18° Servicios profesionales               1                                               6
19° Pesca                                           1                                               4


Coincido con mi colega Gabriela Benetti que son inversiones ya definidas desde tiempo atrás que marcan una continuidad del desarrollo de un modelo “neoextractivista”. Escaso valor agregado en las mineras que han demostrado un alto impacto en el medio ambiente. Consolidación de cadenas de valor en la soja y los cereales. En el sector secundario, ampliación del ensamble en la industria automotriz acoplada a Brasil –y a sus oscilaciones-, y en menor medida a otros países latinoamericanos. Como novedad las energías renovables más allá del gas y el petróleo. Por lo tanto, una clara visualización del “modelo” que se ha completado en los últimos años con empleo estatal. Es de suponer que un criterio “desarrollista”, como ha sido definido por el actual gobierno, deberá implicar mucho más que esto y sumar otras tendencias en la inversión.