martes, 31 de diciembre de 2013

Adiós, Señor Presidente.

“[E]l Presidente, electo, en posición triunfante, lee su primer discurso:
‘Asumo el Gobierno del País en condiciones desastrosas. Todo el sistema político está colapsado y desacreditado. Los representantes del pueblo en el Congreso Nacional representan sólo a las directivas de sus partidos políticos, los cuales, a su vez, son clubes electorales sin crédito en la población. Todo se mantuvo centralizado en el Gobierno Nacional, mientras el discurso de descentralización encubría el engaño. El poder judicial tiene menos credibilidad que los partidos políticos. Las organizaciones vecinales son ignoradas y sobreviven sin gobernabilidad sobre los problemas comunales, mientras éstos se acumulan como asuntos de menor valor en la agenda del Presidente y sus Ministros. La corrupción invadió todos los ámbitos de la vida nacional y penetró el entorno Presidencial. Hemos vivido nuevos seis años de estancamiento inexplicable. Podemos exhibir la triste marca de completar doce años sin crecimiento desde que mi partido está en la oposición. Se aplicó despiadadamente un ajuste económico para detener la inflación y sanear el sistema económico. Ese ajuste tuvo un altísimo costo político para el Gobierno, deterioró el nivel de vida de la población y no produjo beneficio alguno al país. Ahora la inflación es mayor que al inicio del gobierno anterior y la economía continúa estancada. Ningún problema ha sido enfrentado con seriedad, competencia y coraje. El déficit de vivienda popular es 30% mayor que antes. La inseguridad personal cubre todo el territorio nacional. El sistema de salud está carcomido por la ineficiencia, el clientelismo burocrático, el desfinanciamiento y la corrupción. La educación pública opera en promedio durante siete meses del año y con una calidad deplorable. La capital, saturada de construcciones y vehículos, supera sus posibilidades y funciona como un gran estacionamiento de tortugas. No hay agua potable, las alcantarillas están desbordadas, cualquier lluvia paraliza el sistema urbano, los teléfonos no operan, los cortes sorpresivos de energía eléctrica y su racionamiento son hoy parte del paisaje. Ese es el país que recibo. Prometo democratizar el sistema político, prometo restablecer la ética del servicio público, prometo reformar el sistema electoral, prometo recuperar la economía, prometo erradicar la corrupción,… prometo… prometo”.

en Matus Carlos, Adiós Señor Presidente, Ediciones de la UNLa, Remedios de Escalada, 2011, págs. 29-30