martes, 11 de julio de 2017

"La debilidad de los partidos coloca a las Paso en crisis, no el sistema en sí"

La Capital Lunes 10 de Julio de 2017, pág. 8.
Gastón Mutti | Bío | Licenciado en Ciencia Política, docente e investigador de las universidades nacionales de Rosario y de Entre Ríos (UNR y UNER).
por Walter Palena

La posición esquiva a la competencia interna, en un contexto de candidatos disgregados, más el alto costo que debe pagar el Estado, ponen a las Paso en el centro del debate político sobre su utilidad como sistema para seleccionar postulantes de partidos o frentes que irán a una elección general. "Creo que la debilidad de los partidos políticos es la que coloca a las Paso en crisis, no el propio sistema en sí", opina el politólogo rosarino Gastón Mutti, quien sostiene además que cualquier reforma que se haga al sistema de internas abiertas "podría herir de muerte el espíritu de la ley".
Mutti, profesor de la UNR, argumenta que las Paso son un "invento muy particular" dado que en ningún país del mundo existe un sistema en el que el Estado obliga, y de manera simultánea, a los ciudadanos a dirimir candidaturas de los distintos partidos. "Los espacios políticos prefieren no ir a internas porque creen que eso los debilitaría aún más", agrega el académico.

—Han aparecido en estas últimas semanas críticas al sistema de las Paso, que van desde su utilidad hasta el costo de la elección.
—Las Paso son un invento muy particular. Internas hay en gran parte de las democracias del mundo. Está el modelo europeo, que son internas que se realizan en el interior de los partidos, solamente con los afiliados o en congresos partidarios. Es el viejo modelo que teníamos. Está el modelo de Estados Unidos, que son primarias donde cada uno de los electores se anotan para participar y, aunque son abiertas, no son obligatorias ni simultáneas. La simultaneidad y la obligatoriedad son un invento argentino.
—¿Es decir que no hay ningún antecedente en otro país?
—En cuanto a la simultaneidad y obligatoriedad, no existe experiencia en ninguna parte del mundo. Menos aún que sea el propio Estado el que obliga a los ciudadanos a dirimir candidaturas entre los partidos.
—Eso tendría sentido si cada en cada partido hay más de un candidato.
—Desde ya. Pero tenemos que pensar que las Paso se introducen como legislación cuando la tendencia a no tener internas ya estaba muy firmemente consolidada en el país. Las Paso nacionales surgen recién en las elecciones de 2011, las Paso a nivel provincial surgen antes, en 2005. Antes de esto, los partidos preferían no tener internas. En las elecciones de 2003, Elisa Carrió no hizo internas, tampoco Ricardo López Murphy. El PJ fue a la elección general con tres candidatos: Carlos Menem, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá. Solamente hubo una sola interna, muy poco concurrida, de los radicales, que llevaron la candidatura de Leopoldo Moreau.
"Los espacios políticos argentinos prefieren no ir a internas porque consideran que esa instancia los debilitaría aún más"
—Con el espíritu de las Paso desvirtuando, ¿sigue siendo un buen sistema?
—El problema que tienen las Paso es que traslada la decisiones de quienes son los candidatos de los partidos a una imposición del Estado a la ciudadanía. No coincido con ese modelo. Es verdad que la población ha demostrado tener una participación activa en las Paso y ha promovido la aparición de nuevas figuras que, tal vez, no tendrían cabida en una interna cerrada. Pero eso lo vemos más para las candidaturas en las legislaturas que en los cargos ejecutivos, donde las campañas son más personalistas.
—Las dos grandes referencias nacionales, Mauricio Macri y Cristina Kirchner, prefirieron no hacer internas sino listas de unidad. ¿Por qué razón?
—Porque en la práctica hay una cuestión fundamental. Tanto Macri como Cristina intentan que en sus distritos fuertes, como la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, no haya internas. Además, consideran que como las Paso pueden llegar a desgastar, esos frentes pueden tener más costos negativos por el desgaste que implica.
—Cristina llegó a decir que las Paso, para ella, eran perniciosas.
—Es paradójico porque ella, ocho años atrás, presentó las Paso como el instrumento que venía a oxigenar la política. Esa nueva legislación electoral tuvo que ver más con un problema coyuntural (cómo se dirimió la crisis del campo y las elecciones de 2009) que con la intención de renovar a la política argentina.
—¿Cuál es el principal déficit del sistema electoral?
—Está relacionado en que hay una debilidad de los partidos políticos que prefieren no usarla porque consideran que se debilitan aún más yendo a internas. Creo que la debilidad de los partidos políticos es la que coloca a las Paso en crisis, no el propio sistema en sí.
—¿Qué cambios se deben introducir para que sean más atractivas?
—Hoy el gran número de observadores no plantea que el criterio sea cambiar las Paso porque, probablemente, se las hiera de muerte. Tal vez habría que discutir la obligatoriedad y la simultaneidad.