La Capital Lunes 10
de Julio de 2017, pág. 8.
Gastón
Mutti | Bío | Licenciado en Ciencia Política, docente e investigador de las
universidades nacionales de Rosario y de Entre Ríos (UNR y UNER).
por Walter Palena
La posición
esquiva a la competencia interna, en un contexto de candidatos disgregados, más
el alto costo que debe pagar el Estado, ponen a las Paso en el centro del
debate político sobre su utilidad como sistema para seleccionar postulantes de
partidos o frentes que irán a una elección general. "Creo que la debilidad
de los partidos políticos es la que coloca a las Paso en crisis, no el propio
sistema en sí", opina el politólogo rosarino Gastón Mutti, quien sostiene
además que cualquier reforma que se haga al sistema de internas abiertas
"podría herir de muerte el espíritu de la ley".
Mutti, profesor de la UNR, argumenta que las Paso son un "invento
muy particular" dado que en ningún país del mundo existe un sistema en el
que el Estado obliga, y de manera simultánea, a los ciudadanos a dirimir
candidaturas de los distintos partidos. "Los espacios políticos prefieren
no ir a internas porque creen que eso los debilitaría aún más", agrega el
académico.
—Han aparecido en estas últimas
semanas críticas al sistema de las Paso, que van desde su utilidad hasta el
costo de la elección.
—Las Paso son un invento muy
particular. Internas hay en gran parte de las democracias del mundo. Está el
modelo europeo, que son internas que se realizan en el interior de los
partidos, solamente con los afiliados o en congresos partidarios. Es el viejo
modelo que teníamos. Está el modelo de Estados Unidos, que son primarias donde
cada uno de los electores se anotan para participar y, aunque son abiertas, no
son obligatorias ni simultáneas. La simultaneidad y la obligatoriedad son un
invento argentino.
—¿Es decir que no hay ningún
antecedente en otro país?
—En cuanto a la simultaneidad y
obligatoriedad, no existe experiencia en ninguna parte del mundo. Menos aún que
sea el propio Estado el que obliga a los ciudadanos a dirimir candidaturas
entre los partidos.
—Eso tendría sentido si cada en
cada partido hay más de un candidato.
—Desde ya. Pero tenemos que pensar
que las Paso se introducen como legislación cuando la tendencia a no tener
internas ya estaba muy firmemente consolidada en el país. Las Paso nacionales
surgen recién en las elecciones de 2011, las Paso a nivel provincial surgen
antes, en 2005. Antes de esto, los partidos preferían no tener internas. En las
elecciones de 2003, Elisa Carrió no hizo internas, tampoco Ricardo López
Murphy. El PJ fue a la elección general con tres candidatos: Carlos Menem,
Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá. Solamente hubo una sola interna, muy
poco concurrida, de los radicales, que llevaron la candidatura de Leopoldo
Moreau.
"Los
espacios políticos argentinos prefieren no ir a internas porque consideran que
esa instancia los debilitaría aún más"
—Con el espíritu de las Paso desvirtuando,
¿sigue siendo un buen sistema?
—El problema que tienen las Paso es
que traslada la decisiones de quienes son los candidatos de los partidos a una
imposición del Estado a la ciudadanía. No coincido con ese modelo. Es verdad
que la población ha demostrado tener una participación activa en las Paso y ha
promovido la aparición de nuevas figuras que, tal vez, no tendrían cabida en
una interna cerrada. Pero eso lo vemos más para las candidaturas en las
legislaturas que en los cargos ejecutivos, donde las campañas son más
personalistas.
—Las dos grandes referencias
nacionales, Mauricio Macri y Cristina Kirchner, prefirieron no hacer internas
sino listas de unidad. ¿Por qué razón?
—Porque en la práctica hay una
cuestión fundamental. Tanto Macri como Cristina intentan que en sus distritos
fuertes, como la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, no haya
internas. Además, consideran que como las Paso pueden llegar a desgastar, esos
frentes pueden tener más costos negativos por el desgaste que implica.
—Cristina llegó a decir que las
Paso, para ella, eran perniciosas.
—Es paradójico porque ella, ocho años
atrás, presentó las Paso como el instrumento que venía a oxigenar la política.
Esa nueva legislación electoral tuvo que ver más con un problema coyuntural
(cómo se dirimió la crisis del campo y las elecciones de 2009) que con la
intención de renovar a la política argentina.
—¿Cuál es el principal déficit del
sistema electoral?
—Está relacionado en que hay una
debilidad de los partidos políticos que prefieren no usarla porque consideran
que se debilitan aún más yendo a internas. Creo que la debilidad de los
partidos políticos es la que coloca a las Paso en crisis, no el propio sistema
en sí.
—¿Qué cambios se deben introducir
para que sean más atractivas?
—Hoy el gran número de observadores
no plantea que el criterio sea cambiar las Paso porque, probablemente, se las
hiera de muerte. Tal vez habría que discutir la obligatoriedad y la
simultaneidad.