Varias cuestiones por señalar. Como han
expresado algunos vaticanistas, no se podía esperar que saliera del Cónclave un
Papa "con ideas de izquierda" cuando nadie había entrado al mismo con
esas posiciones. Sí es cierto que, como ha señalado Giorgio Agamben, ya el Papa
Benedicto XVI produjo un cambio en la visión de la eclesiología en la cual se
deja de lado la concepción según la cual la Iglesia es el bien que se enfrenta
al mal, para pasar a entender que en la Iglesia conviven tanto el bien como el
mal. Este es el cambio sustancial que confirma Francisco.
Así las finanzas vaticanas pasan a ser objeto de
investigación y desplazamiento de sus antiguos responsables, la curia romana
pierde puestos de poder en la toma de decisiones, la pederastía que arrasaba
varias congregaciones comenzó a ser condenada y castigada. Además, empezó a
estudiarse (y a generar grandes resistencias) la relación de la Iglesia con las
diferentes maneras de vivir en familia y de expresar la sexualidad. A esto se
debe adicionar, por supuesto, un énfasis ahora remarcado hacia la opción por
los pobres y marginados por distintas situaciones, que se hace más visible por
un conjunto de símbolos y prácticas públicas y privadas de Bergoglio en el
Vaticano.
En el campo de las RRII el Vaticano siempre ha buscado
jugar un rol destacado. El mundo que le tocó vivir a Juan Pablo II lo colocó
como una de los actores prioritarios en el fin de la Guerra Fría. Su
participación fue activa en el colapso del comunismo.
Bergoglio encuentra una situación internacional muy
diferente. Hay guerras en diferentes lugares del mundo (¿una tercera guerra
mundial con otro formato?).
Sin embargo destacaría tres acciones. La primera fue su
participación en la Jornada Mundial de la Juventud, donde su vinculación con
los jóvenes, pero con América Latina y Brasil en particular fueron centrales
para dar una señal a estos países y a sus prácticas religiosas.
Una segunda ha sido sus declaraciones en diferentes
oportunidades referidas a los costos sociales del capitalismo y en particular
del capitalismo financiero. Esta no es una posición novedosa en la Iglesia,
pero sí los acentos colocados en un momento de profunda crisis.
El tercero que se constata es su intervención en los
conflictos entre judíos, musulmanes y cristianos en Medio Oriente. Tal vez en
este punto es dónde la diplomacia vaticana ha puesto gran énfasis y aún no se
han constatado resultados concretos ya que la relación israelí- palestina se ha
visto más complicada y la persecución, desplazamiento y muerte de los cristianos
en Irak no se ha detenido.
3) ¿Cuáles considera que serán los nuevos objetivos del
Papa?
La profundización de las líneas anteriores que se han señalado.
Sin embargo me gustaría considerar que también lo será su participación en la
política Argentina, en la cual es un actor doméstico (no internacional),
buscando (directa o indirectamente) fijar agendas, expresar sus concepciones
sobre los temas de debate público. Esto se da en una sociedad en la cual se
toleraba que un político tuviera un enfrentamiento con Bergoglio, una
disidencia, pero que no lo hace cuándo se ha convertido en Francisco.
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