miércoles, 10 de junio de 2020

Pensamiento estratégico.

Cuando se mudó a la parte nueva de la ciudad de Edimburgo, David Hume, conocido por su pensamiento secularizador lo que en su época se consideraba antirreligioso e impío, debía atravesar un pantano para llegar al viejo centro urbano.
En una de esas travesías resbaló y cayó al agua, no pudiendo salir por sus propios medios. Logró, sin embargo, llamar la atención de un grupo de vendedoras de pescado. Una de ellas al acercarse lo reconoció llamándolo el “incrédulo y malvado David Hume“ y se negó a ayudarlo hasta que no repitiera solemnemente el Padre Nuestro. Él rápidamente lo hizo y ellas, fieles a su palabra, lo rescataron.
Hume declaraba luego, divirtiéndose, que las vendedoras de pescado eran las más agudas teólogas que él jamás había encontrado.

No hay comentarios: